Opinión de
alba
en 04/02/2016
Hola doctor Cuellar soy la esposa de Alberto Eduardo Botero Londoño: colega suyo que creyó en usted a pesar del trato tan inhumano que recibió durante su tratamiento. Él se puso en sus manos y siempre siguió al pie de la letra sus indicaciones, pero usted no conoce nada del humanismo ni del daño que sus actitudes y frases despectivas pueden causar a sus pacientes Por un lado va el poder del que maneja el conocimiento y por otro lo que enseña el código ético de Medicina y enfermería. Le señalo algunos apartes para que reflexione y analice el trato para con el paciente y su familia y especialmente recuerde que las patologías que Ud. maneja requiere de los usuarios: comprensión, animo, cariño y respeto por el otro y los otros. Características que Ud. no reconoce y pareciera no importarle.
1. La medicina es una profesión que tiene como fin cuidar de la salud del hombre y propender por la prevención de las enfermedades, el perfeccionamiento de la especie humana y el mejoramiento de los patrones de vida de la colectividad, sin distingos de nacionalidad, ni de orden económico-social, racial, político y religioso. El respeto por la vida y los fueros de la persona humana constituyen su esencia espiritual. Por consiguiente, el ejercicio de la medicina tiene implicaciones humanísticas que le son inherentes.
2. El hombre es una unidad síquica y somática, sometido a variadas influencias externas. El método clínico puede explorarlo como tal, merced a sus propios recursos, a la aplicación del método científico natural que le sirve de base, y a los elementos que las ciencias y la técnica ponen a su disposición.
En la relación interpersonal de cuidado de enfermería el profesional pone al servicio de la persona que cuida, conocimientos sólidos y actualizados de la ciencia y tecnología de enfermería, así como los fundamentos humanísticos, culturales, sociales, biológicos, epidemiológicos e históricos para dar una atención integral e individualizada
Me permito trascribir las conclusiones de este artículo de la Rev. Cubana Oncol 1996;12(1) ARTICULOS ORIGINALES INVESTIGACIONES CLINICAS Instituto de Oncología y Radiobiología
Reflexiones en torno a los problemas éticos y bioéticos en el cuidado del paciente con cáncer en Cuba
Lic. Margarita Chacón Roger,1 Dra. Teresa Romero Pérez,2 Dr. Jorge Grau Abalo,3 Dr. Rolando Camacho Rodríguez4 y Lic. Vicente R. Rodríguez Hurtado5
Estamos de acuerdo con quienes piensan que la forma más honorable de poner en práctica estas reflexiones de orden ético con el paciente oncológico, es mantener una comunicación y un diálogo tan abierto como sea posible con los enfermos y sus familias y con todos los colegas y profesionales relacionados con el cuidado de su salud o con el alivio ante su enfermedad.6 Es importante que el profesional de la salud esté dispuesto a negociar con su enfermo a respetar sus puntos de vista, a aceptarlo como socio, como un colaborador en la empresa de buscar curación o alivio.26 Para que podamos inspirar "amor a la vida" y "respeto a las decisiones de los demás" es necesario, en primer lugar, que nosotros cultivemos ese amor y ese respeto. Es necesario, en segundo lugar, una comunicación libre de barreras, que no quiere decir una transmisión de toda la verdad, sino una comunicación entre humanos, permeada por la verdadera empatía y la transmisión honesta del mensaje: "...no estas solo, estamos contigo, te aceptamos tal y cual eres".26
Existe una tercera vía: tener fe en su paciente, confiar en él. Fe en que aún exista que éste el instinto de vivir. Confianza en sus cualidades ocultas, en su potencialidad creativa, en su capacidad de conocerse y aceptarse a sí mismo, en la posibilidad de enriquecer aún su propia existencia y de desarrollar su propia esencia.
El paciente oncológico que frecuentemente tiende a perder el ansia de vivir es, como todos los seres humanos, un ser que ha vivido en gran medida en función de valores externos, de opiniones ajenas, de deseos y de sacrificios. Su meta ha sido el "éxito", entendido como la consecución de esos valores y de esas opiniones. Como cualquier ser humano, ha entrado a veces en contradicción con su propio yo, sufriendo ansiedad, frustración, desesperanza y depresión. Más aún cuando está enfermo, hay que transmitirle la necesidad de ocuparse de su propio desarrollo, de seguir su propia vereda, de cultivar su propio jardín interior, de tocar su propia melodía... También es nuestra tarea que el paciente vuelva a escuchar las voces de su propio Yo, esas voces que le dicen: "Esto me gusta... esto no...como quisiera hacer esto otro.." Fue ese el mensaje que Sócrates clavó en la puerta de su casa: "Hombre, conócete a ti mismo". Hay que recordarle al enfermo que la vida no es nunca estática sino, que es un proceso dinámico de continua búsqueda y crecimiento. Vivir el ahora no está reñido con la necesidad de acariciar metas e ideales ni con la relevante y perentoria disciplina y seguimiento de las prescripciones que conllevan a la adherencia terapéutica. Se trata de que, si bien hay que escoger una vereda determinada, importa vivir y disfrutar cada paso de ésta.
Y finalmente, hay que proteger al paciente de la soledad. La enfermedad y el dolor tienden a aislarlo. Las fuerzas exteriores que lo sostenían antes -prestigio, posición social, realización ocupacional- se debilitan y se esfuma cuando se enferma. Debemos ayudarle a perderle el miedo a hallarse consigo mismo, y a encontrar sus propios recursos internos, a veces injustamente devaluados.
Descubrir, a través del contacto humano con nuestros pacientes, la fuerza y la dignidad que tienen en su interior, su riqueza espiritual, las cualidades positivas y valiosas que encierran, no sólo constituye el camino principal para que transiten las consideraciones éticas, sino la más sabia lección que pueda recibir el profesional de la salud y su más rica gratificación.
Sin embargo Doctor Cuellar, creo que su profesionalidad requiere de un cambio, que aún puede lograr para que fortalezca su ejercicio profesional y se beneficien tanto los pacientes y Ud. como Médico,
Con las reflexiones anteriores estoy de acuerdo con lo que escribe un familiar de un paciente que ud atendió]
Jhon Alexandra bander en 03/07/2015
Ser medico no se trata del que mas tiene el Poder del conocimiento; también es tener un gran humanismo y hacer sentir a los pacientes que están ahí; el poder de la palabra es muy grande pero usted las utiliza par derrumbar esperanzas de vida; tiene fama de abandonar los pacientes; de insinuarles que saquen de su bolsillo para pagar lo que la Eps puede pagar; se pone a discrepar con seres que están en sus manos literal; que tienen Cancer en sus diferentes expresiones. Usted abandono a mi padre y al decirle que no era merecedor de un transplante por su edad el dejo de creer y perdió la esperanza; nunca dio la cara a la familia para explicar las posibilidades; nunca hizo acompañamiento porque no le importo; en varias ocaciones tratamos de hablar con usted pero nos dio la espalda. Mi padre estaba en una situación indemne y respetaba sus decisiones pero usted todo el tiempo lo hacía sentir mal hasta le insinuó que el trasladante que se requería valía más de 150 millones que si los tenía algo se hacia. La ética es algo de valorar pero a usted le falta ser mas humano y ético. Como dice el medico anterior a usted también le puede pasar y ojalá no caiga en manos de un médico tratante peor que usted que lo trate sin humanidad ni ética méd