Opinión de
Cristina Garcia
en 24/09/2015
Vivo en Bogotá y desafortunadamente decidimos que para la remodelación de nuestro apartamento compraríamos todo en el Decorcerámica de la calle 129 con carrera 7a. Cuando uno entra en el almacén por primera vez las vendedoras son muy atentas y diligentes. Pero luego viene la realidad: son sólo vendedoras que no tienen ningún criterio ni conocimiento de los productos que están vendiendo.
Una vez hecho el pedido y pagado, las vendedoras se desentienden por completo del cliente. Ya no les interesa en absoluto lo que pase de ahí en adelante.
Por otra parte, al costo del pedido hay que sumarle el del transporte, que puede tardarse hasta una semana en llegar. Si el comprador no quiere llevarse una sorpresa desagradable debe revisar minuciosamente el pedido antes de firmar que lo ha recibido, porque al hacerlo acepta que los productos que ha comprado están en buen estado y son de buena calidad, de lo contrario deberá comprobar con fotografías y devolver los productos defectuosos para su reposición, que puede tardar de dos a tres semanas, sin garantía de que éstos vengan de nuevo sin defectos.
El comprador también debe ser muy cuidadoso con que la cantidad que pide sea suficiente porque si llega a haber un faltante corre el riesgo de no encontrarlo igual y con la tardanza que ello implica.
No se vaya a creer que porque entra a un almacén elegante (en comparación con los depósitos de materiales y similares) y paga por un producto de supuesta óptima calidad, va a recibir un producto de mejor calidad y un servicio acorde.
Le sugiero que vaya a otro almacén, que la competencia ofrece mejores productos a menores precios con una asesoría, atención, servicio y garantía muy superiores y de donde usted se puede llevar el producto inmediatamente.