Opinión de
Miguel Angel
en 24/11/2013
Cuando usted llega a la Capilla de la Milagrosa, sentirá la sensación de estar otro mundo, porque aquí se respira paz, sosiego, tranquilad, un lugar de reflexión, un encuentro personal con la madre de Jesús Nuestro Señor y nuestra Madre, la Madre de toda la humanidad (inclusive para aquellos que no la reconocen), y por supuesto con Nuestro Señor Jesucristo. Las puertas están abiertas para TODOS, no hay exclusión alguna. Cada Martes encontramos visita multitudinaria de todos sus hijos e hijas, que vienen a traer a sus pies todas sus acciones de gracias por los favores recibidos y sus peticiones, después del Santo Rosario que se realiza en comunidad (que causa gran alegría y plena felicidad), se realiza la Santa Eucaristía donde al final escuchamos muchos y maravillosos testimonios de las gracias y favores recibidos. Abandonémonos en los brazos de Jesús y de María, y con ellos cada martes, iremos sintiendo la transformación en nuestras vidas.
Las hermanas vicentinas desarrollan muchas actividades en favor de los pobres y necesitados, "son unas hormiguitas trabajando por los pobres y necesitados"... Se encuentran en 46 casas, que se encuentran en varios departamentos y municipios del Pacífico Colombiano, laborando y entregando sus vidas en favor de los demás (en diferentes Obras Sociales: colegios, hospitales, casas de ancianos, centro terapeúticos -alcohólicos y drogadictos - y otros espacios de formación y talleres). Visítalas en su página web:
http://www.hijasdelacaridadcali.org.co/
o en youtube en:
http://www.youtube.com/channel/UCgEB7WoPoZf3oNN3VUoONLQ
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (hermanas vicentinas) entregan y han entregado sus vidas por los pobres y necesitados, necesitan siempre de nuestras oraciones y plegarias a Dios, por su magna labor, por sus vocaciones y por tan bellas obras que realizan en favor de tantos... pero de tantos hermanos nuestros que padecen de la pobreza, de la tristeza, de la falta de esperanza y de otras carencias físicas y espirituales.
GRACIAS... MIL GRACIAS.
Gracias Señor Jesús y Madre Santísima María por darnos a estas religiosas que nos acogen con cariño, solidaridad, fraternidad y tanto amor.