Opinión de
Fas
en 13/08/2013
Consigné mi casa en esta inmobiliaria hace tres años. En el momento de realizar el contrato de consignación del bien inmueble me aseguraron que la inmobiliaria se encargaría de todo, y que la casa me la devolverían en el mismo estado en que la entregue. Durante los tres años la inmobiliaria de lo único que se encargó fue de descontar el 11% correspondiente a la administración del bien inmueble. Siempre que había un problema me tocaba solucionarlo a mi directamente. Margarita Cucalón realizaba descuentos del arrendamiento sin ningún tipo de autorización del propietario. Por ejemplo los inquilinos decidieron cambiar la conexión del gas y solo me entere de este cambio cuando me descontaron el dinero correspondiente al arreglo del canon de arrendamiento. Es mas, Margarita Cucalón de manera unilateral decidió no aumentar el arriendo durante un año y no me informo. Los canales de comunicación con los propietarios de los bienes inmuebles son absolutamente pobres. La secretaria, Paola, y la propietaria, Margarita Cucalón, nunca devuelven una llamada ya que esta inmobiliaria no solo carece de página de internet, sino que no tienen celular con minutos para llamar a sus propios clientes, lo cual es ciertamente inaudito. Así que como propietaria del bien inmueble siempre me tocaba llamar si quería enterarme del estado de mi casa. Adicionalmente a las irregularidades en los pagos de los canones de arrendamiento, los descuentos realizados sin autorización, la mala comunicación con los propietarios de los bienes, y falta de profesionalismo en el servicio, hoy recibí mi casa con dos días de retraso, completamente sucia y destruida. Margarita Cucalón autorizo a los inquilinos a tomarse dos días adicionales para realizar el trasteo. Una vez mas ella decidió otorgar estos dos días sin mi consentimiento y pese a que el contrato de arrendamiento ya había caducado. Es mas, ella envió a una de sus empleadas a recibir la casa con las puertas de los closets arrancadas, el lavadero sin un pedazo, los anaqueles de la cocina descobalados, y las paredes llenas manchones negros que hieden. En general la casa apesta a perro sucio; no obstante, la inmobiliaria le dio el paz y salvo al inquilino y me entregó la casa en ese estado. Por lo cual decidí acercarme a la oficina para buscar posibles soluciones. Después de esperar por cerca de dos horas la señora Margarita Cucalón nunca apareció y como de costumbre el poder resolutivo de la secretaria, Paola, es nulo. Sobra decir que NO le recomendaría esta inmobiliaria a ningún amigo o conocido ya que el servicio es pésimo en todo sentido.
